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En una noche para el olvido, el Barcelona sufrió una dolorosa derrota ante el Girona, dejando al descubierto preocupantes problemas en su defensa. La contundente derrota, la más abultada de la temporada, no solo distancia a los azulgranas del liderato, sino que también resalta las crecientes dudas en torno al rendimiento del equipo bajo la dirección de Xavi Hernández.
Los catalanes, ahora en la cuarta posición de la clasificación, se encuentran a una preocupante distancia de siete puntos del líder, situación que contrasta con las expectativas y el objetivo declarado de Joan Laporta y Xavi de revalidar el título de LaLiga. La derrota ante el Girona marca un hito negativo en una temporada que prometía ser de resurgimiento para el Barcelona.
A pesar de marcar en rojo enfrentamientos clave contra Oporto, Atlético de Madrid y Girona para enderezar el rumbo, el Barcelona solo pudo conseguir victorias ajustadas en dos de estos encuentros. El triunfo 2-1 sobre Oporto en la Champions y el 1-0 contra el Atlético generaron ciertas expectativas de cambio, que fueron rápidamente desvanecidas por la aplastante derrota en el enfrentamiento crucial por el título de LaLiga.
La situación se agrava al considerar que el Barcelona ha tropezado dos veces como local en esta temporada, sumando tres derrotas en total. El Girona, en particular, se destaca como el verdugo más efectivo, marcando cuatro goles en total contra el conjunto culé en ambas competiciones. Iñaki Peña, a pesar de dos intervenciones destacadas, no pudo evitar el desastre defensivo.
Las declaraciones post partido reflejan la preocupación en el vestuario azulgrana. Frenkie De Jong, reflexivo, admitió: «Es una derrota dura, pero no hemos estado bien. El Girona lo ha hecho muy bien, es culpa nuestra. No hemos estado al nivel que tenemos que estar. Estamos a siete puntos, que es mucho, pero queda más de la mitad de la temporada. Tenemos que mejorar mucho. Estamos muy decepcionados, pero aún queda liga».
La semana por delante presenta desafíos adicionales para el Barcelona, con dos encuentros fuera de casa contra el Amberes en la Champions y en Mestalla en LaLiga. La crisis parece haber llegado al Barcelona, y la presión aumenta para encontrar soluciones antes de que la temporada se escape de sus manos.
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