Se lo ha tomado como unas vacaciones y le han pillado. El Real Madrid no se puede permitir el episodio que ha protagonizado Luka Jovic en este periodo de confinamiento decretado por la pandemia del coronavirus. Es un mal ejemplo y un engaño. Al serbio le señalan en su país de haber salido a la calle a celebrar el cumpleaños de su novia (Sofia Milosevic). Lo aseguran los medios de comunicación después de las advertencias de la primer ministro, Ana Brnabic, en las que sin dar nombres lanza un serio aviso: “Tenemos ejemplos negativos de nuestras estrellas del fútbol que cobran millones e ignoran el autoaislamiento obligatorio de regresar a casa”. Uno de los señalados es Luka Jovic.
El club justifica el desplazamiento del delantero a su país con el motivo de querer estar cerca de su hijo. A Jovic le hicieron las pruebas del coronavirus en Madrid, el jueves de la semana pasada, y dio negativo. Se le permitió viajar a Serbia para estar junto a su familia, pero con la obligación de estar recluido en su domicilio. Como toda la plantilla. Lo advirtió el club en un comunicado después de conocer el positivo del jugador estadounidense de baloncesto, Trey Tompkins. “Desde este momento se ha efectuado la recomendación de permanecer en cuarentena tanto el primer equipo de baloncesto como el primer equipo de fútbol”. Jovic se ha saltado la norma. No solo de su propio club sino de las autoridades gubernamentales y sanitarias de su país.
En Belgrado crece la indignación por el engaño. No se puede entender por qué viajó al país una persona que había utilizado las mimas instalaciones que Trey Tompkins, cuando debería haberse quedado en Madrid para evitar los riesgos de una posible propagación del virus. Están comprobando cuáles son los movimientos de Luka Jovic. El fiscal pide una sanción sin atender a la fama o su popularidad. Que se le trate como a cualquier otro ciudadano. El futbolistas argumenta que cogió un avión privado antes de que el Gobierno español decretara el estado de alarma y lo hizo con permiso de su club.
Tendrá una sanción
En cualquier caso, en Madrid o en Belgrado, Luka Jovic ha cometido una irresponsabilidad al abandonar el confinamiento para acudir a la celebración del cumpleaños de su novia. Ha incumplido la normativa de su país y la del club. Siendo consciente del aviso que le dieron y haciendo caso omiso a mensajes como los que, incluso, se permitió retuitear en los que los capitanes de fútbol y baloncesto pedían responsabilidad a través de un vídeo oficial. “Como decía nuestro querido Di Stéfano: ningún jugador es tan bueno como todos juntos. Ahora pasa lo mismo. Todos somos un equipo. Todos tenemos que ganar. Es muy fácil. Quédate en casa. La responsabilidad de todos es la de cada uno. Yo me quedo en casa”. Son las palabras de Sergio Ramos que su compañero Luka Jovic no ha comprendido.
Es uno de los rasgos que caracteriza a Luka Jovic desde que ingresó en el Real Madrid. Es una persona que sigue teniendo problemas de adaptación y comunicación y que se han visto reflejados en su rendimiento deportivo y en la poca confianza que tiene, hasta este momento, Zinédine Zidane. Se ha metido en un pozo. El entrenador ha tenido que recurrir en los últimos partidos al que califica como tercer delantero: Mariano Díaz. Un futbolista relegado al ostracismo y al que los aficionados y los propios compañeros ven más aprovechable que Luka Jovic.
El problema al que se enfrenta ahora Jovic es una sanción de las autoridades de su país y otra del Real Madrid cuando se conozcan con detalles los hechos. Las consecuencias son negativas para la imagen del delantero. La reacción de los aficionados al conocer la noticia ha sido la de malestar por dejarle marchar a su país y abandonar el domicilio. Es la gota que colma el vaso en una mala temporada. Crece la corriente de los que verían necesario un despido. No quieren que Jovic siga en el Real Madrid por indisciplinado y también porque no está nada claro que tenga el nivel para ser el delantero titular del equipo por una personalidad fría y compleja. Lo que parecía un carácter tímido y reservado se comprueba que es algo más grave: es otro de esos futbolistas que vive en su burbuja.