CRUZ AZUL, LIDER POR MERITO PROPIO

El Cruz Azul de Robert Dante Siboldi le empieza a tomar la medida al América, al que pudo golear en el Estadio Azteca, pero Guillermo Ochoa se lo impidió con al menos cuatro atajadas impresionantes que pudieron darle otro giro a un partido que se se escribió con un solo gol de Jonathan Rodríguez, quien sigue siendo el hombre más importante de la Máquina. Esta escuadra cementera parece estar curada de todo tipo de males que la mataron en el pasado; incluso Corona atajó un penal en la última jugada del partido a Emanuel Aguilera. Cruz Azul se irá al parón de la Liga por el coronavirus en México en lo más alto superando a León y sacándole a cinco puntos a un América que juega más por ganas que con técnica e idea, pero que le alcanza para ser cuarto lugar.

Los celestes exhibieron las carencias de las Águilas. En el primer tiempo, de no haber sido por Ochoa, la Máquina se habría ido con al menos tres goles en el marcador, pero el cancerbero fue una muralla y tapó tiros del Cabecita Rodríguez, Elías Hernández y Chaquito Giménez. América solo se acercó en una ocasión al arco de Chuy Corona y el portero atajó el tiro de Leo Suárez, quien fue el único que intentó, que buscó hacer daño, ya que Henry Martín y Giovani dos Santos el fueron dos espectadores más de un Azteca que estuvo vacío por órdenes de la Liga MX.

polémico tuit de Conade Para el segundo tiempo parecía que América se animaba un poco más a ir al frente, la orden de la banca era “al frente, al frente”, pero el equipo del Piojo no tenía idea de qué hacer con el balón y en una descolgada el Cabecita mandó guardar el esférico en las redes de Memo. Con el gol a favor, Siboldi echó para atrás a su equipo con el cambio de Chaquito por Lichnovsky y ni así el América pudo hacer daño al de Corona. Fue hasta la última jugada que el VAR le dio un penal a favor al América y que Aguilera desaprovechó poniéndolo en las manos a Chuy, quien leyó muy bien al argentino. La celebración celeste fue en todo lo alto, todos gritaron, se abrazaron e incluso Siboldi corrió desde su banca para ir a abrazar a Corona y a todo su equipo, mientras Piojo solo calmó a sus jugadores y después chocó el puño con el uruguayo.

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